Enseñanzas de Hsu Yun (Nube Vacía). 3/5
Aunque podemos hacer muchas meditaciones mientras caminamos o trabajamos, cuando nos sentamos formalmente a meditar debemos ser cuidadosos en mantener una buena posición y respirar correctamente.
Queridos amigos, aunque pueden derivar muchos beneficios de nuestros esfuerzos, la meditación es un ejercicio espiritual, no un régimen terapéutico.
No meditamos para contrarrestar alteraciones fisiológicas o para ayudarnos a hacer frente a las frustraciones del ego. Meditamos para trascender el ego-conciencia y realizar nuestro Yo Búdico.
Nuestra intención es entrar en el Nirvana, no hacer más tolerable la vida en el Sansara.
Esta instrucción puede ser desconcertante, lo sé. Mucha gente piensa que está meditando cuando alcanza un estado de paz y tranquilidad que les proporciona.
Pero el quietismo no es meditación.
Acorralar un caballo salvaje no le hace manso ni reaccionar a las riendas. Puede reposar durante un rato y parecer tranquilo. Incluso puede comenzar a pacer. Pero cuando se abra la puerta se escapará tan salvaje como siempre.
En Nan Hua Si, el monasterio del Sexto Patriarca, una vez hubo un monje que empleaba muchas horas cada día en sentarse tranquilamente sobre su cojín, disfrutando de la paz y la tranquilidad que le traía. Pensaba que estaba meditando.
Hui Neng, el Sexto Patriarca, dándose cuenta del error del monje se acercó a él. “¿Por qué dedicas tanto tiempo a tu cojín?” Le preguntó.
El monje levantó los ojos, sorprendido. “Porque quiero hacerme un Buda”, respondió”.
Hui Neng sonrió. “¡Hijo mío” dijo, “¡puedes hacer un espejo puliendo un ladrillo antes que hacerte un Buda sentado en el cojín!”
Las enseñanzas de Hsu Yun (Nube Vacía) 1839-1959
Comentario:
Nunca deberíamos comenzar la sentada si estamos excitados o inquietos. La mente y el cuerpo deben llegar a un estado relajado. Si nuestra angustia persiste debemos buscar orientación para resolver nuestros problemas antes de sentarnos.
Si nuestra agitación es una condición temporal, debido quizás a estar agitados o fatigados, deberíamos seguir el método de la “vara de incienso de solo media pulgada”. Simplemente nos sentamos en silencio y miramos cómo arde la vara de incienso durante media pulgada. Si en este tiempo no hemos recuperado nuestra compostura, deberíamos terminar la sesión de meditación.