Enseñanzas de Hsu Yun (Nube Vacía). 4/5
Por alguna razón que nadie ha podido determinar aún, a menudo encontramos que cuando nos sentamos a meditar nuestro cojín se convierte en una montaña de hormigas.
Los principiantes Ch’an experimentan con más frecuencia esta misteriosa transformación del cojín, pero antes o después nos sucede a todos. Comenzamos a retorcernos y la única cosa en que podemos pensar es en marcharnos de ese sitio que provoca comezón.
A veces no hay hormigas ahí. Pero todos nos acordamos de repente de muchas cosas importantes que hemos olvidado hacer; ordenar los libros de nuestra biblioteca; comprar fideos para la cena; leer el periódico. Claramente estas cosas deben ser atendidas y nos levantamos del cojín.
Queridos amigos, ¿Cómo podemos mantener nuestras buenas intenciones? ¿Cómo podemos prevenir nuestra resolución de dimitir tan drásticamente?
Las enseñanzas de Hsu Yun (Nube Vacía) 1839-1959
Comentario:
Lo primero, debemos reconocer cómo nos estamos engañando a nosotros mismos.
Cuando no queremos hacer algo, las cosas triviales se hacen muy importantes. No podemos hacer un contrato con el Universo. No podemos decir: “he seguido las normas y las reglas y por lo tanto tengo derecho a recibir beneficios”, o a pensar que el cupo de desgracias ya lo he cubierto. El Universo no reconoce nuestras frívolas demandas de justicia.
A veces actuamos como si estuviéramos haciendo un gran sacrificio realizando la práctica. “Lo haré y lo terminaré de una vez” Pero esta no es la actitud adecuada. El tiempo que empleamos en la sentada debería ser el tiempo más maravilloso de nuestro día.
Deberíamos apreciar este tiempo y agradecer a los Tres Tesoros: El Buda, el Dharma y la Sangha que nos ayudan a recorrer el camino de la oscuridad a la luz.