CONSIDERA INMÓVIL EL MOVIMIENTO Y EN MOVIMIENTO LO INMÓVIL
Considera inmóvil el movimiento
y en movimiento lo inmóvil,
y ambos, estado de movimiento
y estado de reposo, desaparecen.
Esto parece un trabalenguas o un sinsentido. Lo que viene a decir es que el movimiento no existe sin la inmovilidad, pues una cosa implica la otra. Si llegamos a entender esto, a ver esta unidad, habremos entendido de verdad. La mente sólo puede ver un polo pero la realidad es bipolar. La realidad es el movimiento y la inmovilidad, es decir, los dos polos opuestos juntos. La verdad es el todo, aunque la mente sólo vea un extremo.
¿Qué ocurriría si la mente pudiera ver a ambas juntas? Para la mente no sería posible porque entonces todo se volvería absurdo, ilógico. La vida está llena de contradicciones y la mente necesita demarcaciones claras, certezas, que la vida no tiene. Ante esto la mente no puede hacer nada, sólo desaparecer y en ese momento la vida se convierte en un misterio.
Amor-odio, amigo-enemigo, felicidad–infelicidad, en esto nos movemos cada día. Buda decía: “si has nacido, la muerte tiene que estar ahí. Todo lo que ha nacido tiene que morir”. Porque si el comienzo es un extremo, entonces dónde está el otro extremo? Todo lo que ha nacido tiene que morir, todo lo que ha sido hecho tiene que ser deshecho, lo que se ha juntado tiene que separarse, toda reunión es una separación, toda llegada tiene una salida. Cuando miramos estos opuestos simultáneamente nos tambaleamos un poco o mucho porque la mente busca la claridad de la lógica. Pero al mirarlos simultáneamente desaparecen todas las distinciones y nos tambaleamos. ¿Qué hacer?
Dejemos que ocurra ese tambaleo y nos afianzaremos en una nueva sabiduría, en una nueva visión de la realidad.
Osho, El libro de la nada, Gaia ediciones