10/07/22

ESFUÉRZATE EN DESPERTAR EN ESTA MISMA VIDA, EN ESTE INSTANTE

“P: ¿Cómo obtener la no caída en ninguna etapa?

R: Cuando durante todo el día comas sin masticar un solo grano de arroz; cuando durante todo el día camines sin posar los pies en una pizca de tierra; cuando no te dejes arrastrar por las características dualistas yo-otros; cuando durante todo el día no te separes de ningún asunto sin quedar perturbado por la multiplicidad de sus apariencias, sólo entonces llegarás a ser un hombre completamente libre. Asimismo, a cada instante de pensamiento, sin puntos de vista sobre ninguna característica, no pienses sobre la sucesión de los tres tiempos. El pasado no desaparece, el presente no permanece y el futuro no viene. Así, rectamente sentado y en paz, sin aferrarte de modo natural, sólo entonces accederás a la liberación. ¡Esfuérzate con diligencia! Ante esta puerta, de mil o diez mil individuos que lo intentan, sólo tres o cinco logran atravesarla. Si no te comprometes desde ahora mismo, algún día atraerás sobre ti la desgracia. Por ello está escrito:

Esfuérzate en despertar en esta misma vida, en este instante,

de lo contrario, ¡continuarás sufriendo durante innumerables eones!”.

 

“Enseñanzas sobre la Mente Única del maestro zen Huang-Po”. Miraguano ediciones.

 

Comentario

Este fragmento de las enseñanzas de Huang-Po comienza con una pregunta de uno de sus discípulos. En ella se refiere a cómo recorrer un sendero de iluminación súbita que no dependa de las etapas asociadas a la vía clásica del Bodhisattva. Huang-Po en su respuesta dirige nuestra mirada al momento presente. Nos insta a permanecer despiertos, instante tras instante, a cada momento de nuestra existencia, sin rastro alguno de dualidad, sin apartarnos un ápice de la vivencia de lo que acontece, siendo uno con la totalidad del momento. Ya estemos comiendo, andando, o en cualquier otro asunto cotidiano, mantener una atención plena, instante tras instante, sumergidos del todo en la realidad fresca y viva que se manifiesta y desaparece, sin dejarnos atrapar en los conceptos, los juicios y las discriminaciones del pensamiento. Al igual que cuando estamos sentados en zazen, –rectamente sentado y en paz, sin aferrarte de modo natural- es la forma, nos dice, de liberarnos definitivamente del sufrimiento y llegar a ser seres humanos libres. Esta es nuestra práctica, una práctica de todos los días, de todo momento, de toda la vida. También nos pide que seamos diligentes. Se necesita un compromiso constante y sin reservas para atravesar esta barrera sin puerta. Nos lo recordamos cada noche de sesshin y, tal vez, no estaría mal recordárnoslo cada día:

“Vida y muerte son un asunto serio 

Todo pasa deprisa;

Estad siempre muy vigilantes 

Nadie sea descuidado

Nadie olvidadizo”.

 

Texto recitado por las noches en los sesshin.