16/07/22

¿DÓNDE SE ENCUENTRA EL “CAMPO FUNDAMENTAL”?

Pregunta:

¿Dónde se encuentra el “Campo Fundamental”?

Respuesta:

En un lugar donde no se hacen distinciones entre ignorancia o sabiduría, ceguera o iluminación; es un sitio que no podría designársele con ningún nombre o aspecto mundano; se trata de un ámbito donde ni siquiera llega el Dharma supramundano, sin embargo, con el fin de guiar a los despistados, recibe los nombres provistos de “Campo Fundamental”, “Asunto Importante”, “Rostro Original”, “Señor de la Casa”, etc. Pero no es posible darse cuenta de esto debido a que se produce un juego mágico que oscurece el “Campo Fundamental”, generando toda clase de conceptos y discriminaciones que terminan por hechizar la mente humana. […]

[…] Sin embargo, la enseñanza Zen concibe el “Campo Fundamental” como el ámbito donde no hay distinción alguna entre seres vivientes y Buda. Si te identificas completamente con él, entonces no solo la “Naturaleza de Buda”, “La Tierra de la Mente”, “El Embrión del Thâgata, la Talidad, “la Naturaleza del Dharma” y otras expresiones equivalentes que se menciona en las enseñanzas doctrinales, sino también las montañas, ríos, tierra, hierbas, árboles, tejas y piedras, todo será el “Campo Fundamental”. Por esta razón la expresión “Campo Fundamental” no tiene nada de especial ni de venerable, es simplemente así. […]

[…] A pesar de que todos los seres estén dotados del “Campo Fundamental”, si no se dan cuenta de ello no lo sabrán, aunque lo utilicen a diario, por ello los Budas y los Patriarcas han mostrado su gran compasión a los seres instruyéndoles cuidadosamente al respecto.

* Fuente: “Diálogos en el sueño” Enseñanzas del maestro zen Musô Soseki. Miraguano Ediciones 2019 págs. 187, 188 y 192.

Comentario:

El “Campo Fundamental” es algo que se describe en casi todas las tradiciones espirituales, mencionándolo con diferentes denominaciones en un intento de describir lo indescriptible. Muso Soseki lo define como un ámbito que contiene a los seres vivientes y la materia inerte, algo que nos recuerda a ese “no lugar” o al “entréme donde no supe y quedéme no sabiendo, toda ciencia trascendiendo”. Una dimensión en la que experimentar la unidad con la Totalidad, ese estado de no dualidad ni separación en el que todos somos el UNO.

Algo nos dice que ese campo está ahí y nos traspasa, esperando que despertemos y rasguemos el velo del estado condicionado de nuestro Ego. Si estuviéramos tentados en analizar desde el conocimiento, la palabra, la razón o las ciencias físicas de partículas qué fuerzas o energías generan el holograma de ese “Campo Fundamental”, estaríamos alejándonos de la Vía; no es ese el camino nos dice Musô:

“En la escuela Zen, “obtener el Dharma” significa estar en acuerdo inmediato con el “Campo Fundamental”, así pues, no se podría calificar de “obtención del Dharma” a la comprensión racional de las enseñanzas del Buda y los Patriarcas. Por esa razón, las palabras transmitidas no consisten en una enseñanza basada en dicha comprensión, son más bien medios para suscitar súbitamente la Iluminación; tan pronto como se muestre un principio, se pasará inmediatamente a la acción, por tanto, no podría comprenderse por medio del intelecto. (pág. 224)