LOS SÍMBOLOS DE LAS NARRACIONES DE LA NAVIDAD II
“El parto de una virgen, los pastores y los magos.
El parto es el símbolo nuclear de las narraciones del nacimiento de Jesús. En el seno del solsticio de invierno, renace el sol, fuente de vida. En el seno de la noche, nace la luz de la mañana .En el seno de la tierra, en una cueva, nace la vida.
En el seno de una mujer, que es el seno de nuestra propia especie, nace “el que es”, la encarnación del Absoluto.
En el seno de nuestra naturaleza animal, depredadora, nace la posibilidad de la libertad de toda necesidad, nace “el que es”, que no necesita de nada.
María concentra todos esos símbolos confluyentes, porque es cosmos, oscuridad, tierra y mujer. Pero es una mujer virgen. Su virginidad significa que nada mancilla ni al cosmos, ni a la tierra, ni a la vida, ni a nuestra especie, porque nada puede ocultar o cubrir el rostro del Manifiesto. Toda la naturaleza es virgen, incluso nuestra propia naturaleza es virgen. Y todo es como una virgen que pare al Único. Sólo nuestros ojos y nuestro corazón pueden estar mancillados cuando miramos todo lo que nos rodea con la mirada de un depredador.
La virginidad de María también significa que, aunque la realidad que construimos con nuestra mente, nuestros sentidos y nuestra necesidad es capaz de parir al Único, al Clemente y al Manifiesto, no es por obra nuestra, ni del cosmos, ni de la vida.
Aunque nuestro ser y el de toda la realidad esté preñada de Absoluto y le de a luz, está engendrada por el misterio. En terminología helenista: Aquello Otro no es fruto nuestro, ni de nuestro esfuerzo, sino que es el misterio en el seno del misterio, es “Hijo de Dios”.
Marià Corbí, fragmento de “Las narraciones de la natividad de Jesús”