PREGUNTAS A KODO SAWAKI
Kodo Sawaki se había retirado a Anataiji en 1963, dado que, por el estado en el que se encontraba sus piernas, no podía sostenerse para seguir caminando durante más tiempo. Shunpei Ueyama, profesor en la Universidad de Kyoto, se ocupa de hacerle las preguntas.
Ueyama: ¿Cómo es tu vida cotidiana?
Sawaki: Extraña, pero nunca me aburro.
U: ¿A qué te dedicas?
S: Leo libros, todos los días.
U: ¿Cuándo comenzaste con tu práctica de zazen?
S: Empecé bastante temprano. Fui a Eiheiji para hacerme monje, al principio.
U: ¿Al principio?
S: Sí, me dedicaba a fabricar y reparar faroles cuando decidí marcharme de casa para ir a Eiheiji. Allí, practicaban zazen según la prescripción tradicional, pero sus cuerpos y mentes no estaban verdaderamente en ello. No querían practicar por lo cual lo hacían de manera reticente. Había aprendido cómo hacer zazen en Eiheiji, por lo que fui a la estancia trasera a practicar. En ese momento, una de las mujeres que nos ayudaban a preparar la comida para el festival, entró en la sala para colocar en los estantes los boles que había estado limpiando. Abrió las puertas correderas de la sala, donde estaba practicando zazen. Normalmente, estaba acostumbrado a que esta mujer me mangoneara, pero en aquella ocasión, al verme, recitó el nembutsu, con total devoción. Allí estaba, esta mujer que solía meterse conmigo, recitando, siendo extremadamente reverente. ¿Por qué había cambiado para mostrar esa fe? Sin duda se debía a zazen Ella no tenía mucho conocimiento, pero de inmediato se puso a recitar. Yo no había estudiado nada de budismo por aquel entonces. Si hubiera sabido algo sobre budismo, quizás habría sido diferente, pero no sabía nada de nada. Era como un milagro. Digamos que el hecho real fue lo que me atrajo primero y el estudio vino después. Solamente estudiar es como quedarse con los pozos. Estudiar debería venir después. Luego, me marché a Kyushu.
U: ¿Qué ocurre con la ciencia de hoy? ¿Qué hay del desarrollo de la civilización moderna? En lugar de tan solo permanecer callados, poco a poco se van desarrollando razonamientos que serán aceptados y que la gente acabará estudiando (como parte) de nuestra cultura general. Creo que es completamente diferente de lo que estás enseñando acerca de zazen.
S: La ciencia se ha desarrollado (de una manera inimaginable) siglos atrás, mientras que los seres humanos en el mundo siguen sufriendo. Tocas un botón y … ¡Es de locos! Si una persona molesta, (quienquiera que sea) tocas un botón… y listo ¡Una verdadera catástrofe! ¿Dónde está el hombre moderno? ¿Dónde se encuentra el hombre cultivado? Sería mejor que todos hiciésemos zazen. Estamos todos metidos hasta el cuello en el desarrollo de la cultura científica. ¡Nos está devorando! (ríen)
U: Lo último que quiero preguntarte es: ¿Cuál es el lugar del budismo en relación a la sociedad contemporánea? ¿Cuál es su contribución? Creo que es algo que a todos nos interesa.
S: ¿La contribución del budismo? Realmente no sabemos quién es Shakyamuni Buddha. Por qué dejó su casa. Qué es satori. Se supone que Shakyamuni había realizado satori. ¿Qué es eso? Esa es la cuestión importante. Realmente, no lo entendemos, no lo sabemos. Es una cuestión extremadamente importante. Como no se entiende este asunto tan importante, la gente levanta enormes templos en los que acaba depositando su incomprensión. Pero, ¿qué es lo verdaderamente importante? Si crees que es satori, cometes un tremendo error. Es conocer el auténtico sí mismo, ¿no es así? Tenemos que ocuparnos de lo que es el auténtico sí mismo.
Desde nuestra infancia somos vagabundos (ríen). Si crees que tienes un hogar, estás equivocado. Aún así la gente continúa peleándose por sus casas.
Desde su lecho, pasaba largo tiempo observando al monte Takagamine, y tres días antes de su muerte dijo a una monja:
“¡Mira! La naturaleza es magnífica. Comprendo los problemas de los seres humanos. Nunca, en toda mi vida, he conocido una persona a la que hubiese podido someterme y a la que hubiese podido admirar. Pero este monte Takagamine me mira siempre desde lo alto, diciendo: Kodo,Kodo”
Estas fueron sus últimas palabras. Murió el 21 de Diciembre de 1965 rodeado de los suyos. Su cuerpo fue entregado por deseo expreso a la Facultad de Medicina de Tokio.