LO INCONCEBIBLE
La tradición zen emplea una metáfora para subrayar que este abandono exige la ruptura de todas las barreras interiores: el alma se compara con un barril cuyo fondo ha cedido; nada de lo que se vierta en ella quedará retenido.
El término “místico” pertenece a nuestro horizonte occidental, más en concreto al cristiano. Las tradiciones de Grandeza utilizan otro término, “lo inconcebible”, para designar un espacio donde el pensamiento se libera de sí mismo. Sus métodos y sus discursos son también estrategias para “penetrar en lo inconcebible”. Esta expresión es habitual. La Grandeza recibe también este nombre por su método: no rechazar nada, no negarse a las emociones y a los pensamientos sino integrarlos poco a poco para abrirlos a lo inconcebible.
Sentarse y nada más. Una iniciación a la práctica de la meditación zen y una crítica del mindfulness – Autor: Éric Rommeluere – Editorial: errata naturae