CUANDO LAS HOJAS DE LOS PENSAMIENTOS CAEN
“Sólo Dios sabe cómo será el otoño, si traerá lluvia o tempestades. Hoy yo me emplearé a fondo quitando malas hierbas en el arrozal”. Ocuparse simplemente del arroz, sin rezongar. La abnegación y entrega de esta práctica es lo que llamamos liberación del pensamiento. Ahí no tienes necesidad de preocuparte por el futuro y tampoco debes vanagloriarte de lo que hiciste ayer. El cocinero permanece en la cocina cocinando y cada uno en su puesto hace lo que le corresponde. Sé totalmente tú mismo. En cualquier momento y lugar has de tener los pies sobre suelo firme, sin desperdiciar ni un solo instante de tu Vida. Cuando eres tú mismo, eres Buda. Ni siquiera a Sakiamuni debes imitar. Debes crear tu vida cada día. Tú día de hoy ha de extenderse ilimitadamente. No hagas de él una copia de tus ideas de ayer. Tus ideas de hoy han de ser completamente libres y de repente ves ante ti los melocotoneros en flor y esas flores llenan todo Universo. ¡Todo el Universo está lleno de la cosa más importante de tu Vida! Por mucho que uno lo intente con uñas y dientes, no podrá desprenderse de él”.
Comentario
La cosa más importante de tu vida no la recibes de tus padres, ni de tu maestro: la descubres de las flores del melocotenero. Este asunto, el más importante, va más allá de tu vida y de tu muerte: ¡los melocotoneros florecen! El incesante ir y venir de los pensamientos y sensaciones no es algo que puedas controlar ni dirigir, estar libre de pensamientos significa estar totalmente presente en cada instante, poner la atención en este momento. No tenemos nada que anhelar ni tampoco nada que temer. ¿Acaso respiramos conscientemente? ¿Hacemos latir nuestro corazón conscientemente? No, nuestros pulmones y nuestro corazón funcionan por sí solos, sin nuestra intervención. De modo que tampoco nada nos impide vivir esta vida libre de pensamientos. Tú mismo eres la verdad. Por eso no puedes escatimarla.
¿Qué quiere decir tener el satori? No tener absolutamente nada, soltar todo por completo. El satori comienza en el instante en que dejas de buscarlo.
“Cuando las hojas de los pensamientos caen y el viento se lleva las flores de la ilusión, ya no queda nada tras lo que correr, ni nada de lo que huir”