SI LA MENTE NO HACE DISCRIMINACIONES LAS DIEZ MIL COSAS SON DE LA MISMA ESENCIA
Si el ojo nunca duerme,
todos los sueños cesarán naturalmente.
Si la mente no hace discriminaciones,
las diez mil cosas
son como son: de la misma esencia.
Tienes que buscar dentro de ti ese lugar que nunca duerme. De eso se trata toda la búsqueda, todo el esfuerzo del buscador. La verdad no es algo que esté en el exterior. La cuestión radica en encontrar o en cómo buscar dentro de ti ese lugar que nunca duerme, que nunca está inconsciente, que siempre está despierto, alerta, consciente. Eso es el rayo de Dios en tu interior.
Y una vez que encuentras el rayo de la constante observación, siguiéndolo puedes viajar hasta su mismo origen. Y ese origen es Dios. Si puedes atrapar un rayo puedes llegar hasta el Sol, hasta su mismo origen. Sólo tienes que viajar esa distancia; eso se convierte en tu sendero, tu camino.
Una vez encontrado el camino nos convertimos en esa consciencia. Deja que toda tu energía entre en esa consciencia. Y cuanto más consciente te vas haciendo, menos sueñas …, menos …, menos …
Y llega un momento en el que, de repente, tú eres solamente el testigo y la mente ha desaparecido. Toda la energía de la mente se ha disuelto en el tercer ojo. Los dos ojos han desaparecido, ahora eres sólo un testigo. Ese ser que atestigua es el lugar desde donde el mundo desaparece y lo Divino se revela.