12/06/22

TODOS LOS BUDAS Y TODOS LOS SERES VIVIENTES SON LA MENTE ÚNICA; NO HAY OTRO DHARMA QUE ESTE

“El maestro dijo a P ́ei Hsiu:

Todos los Budas y todos los seres vivientes son la Mente Única; no hay otro Dharma que éste. Esta Mente que carece de principio, no surge a la existencia y no cesa a la existencia. No es ni azul ni amarilla, no tiene forma ni aspecto, no pertenece a las categorías del ser ni del no-ser, no es antigua ni nueva; no es ni larga ni corta, ni grande ni pequeña, pues se halla fuera de toda delimitación o designación, fuera de todo intento para ser percibida o considerada como un objeto. Es la realidad como tal. Pero a la menor reflexión, caerás en las elucubraciones. Sin límites e insondable, se la puede comparar con el espacio vacío”.

Fragmento del libro “Enseñanzas sobre la Mente Única del maestro zen Huang-Po”. Miraguano ediciones.

Comentario

Durante el mes de junio nos acompañarán textos meditativos del maestro zen Huang-Po (?-850). Nacido en la provincia de Fu-chien, fue ordenado en la adolescencia en el monte Huang-po y más tarde se convertiría en discípulo de Pai-Chang Huai-hai (720-814), uno de los más eminentes maestros de la época, a quien se atribuye el primer código de reglas monásticas del chan. Huan-Po es una de las figuras destacadas del chan en la línea de transmisión que arranca del sexto patriarca -Hui-Neng- y que continúa a través de su destacado discípulo Lin-Chi, en una de los principales linajes que llegan hasta la actualidad, la rama Rinzai (en japonés).

No se conoce mucho acerca de su vida pero se le suele describir como un hombre imponente, de alta estatura y de una personalidad sencilla y clara. Aunque en crónicas posteriores se le describe como “de voz cálida y timbre claro, con un humor simultáneamente vivaz y sereno”, también era famoso por su forma, en ocasiones, brusca y poco ortodoxa de enseñar a base de bofetadas o golpes, como experimentaría el mismo Lin-Chi.

El legado de sus enseñanzas nos llega a través de las notas recopiladas por su discípulo P ́ei Hsiu, un ávido erudito procedente de la élite administrativa que desarrolló un intenso compromiso con el budismo. En el prefacio de la recopilación de sus enseñanzas, P ́ei Hsiu avanza que Huang-Po solo enseñó acerca de la transmisión de la mente única y que, en última instancia, no había nada más que enseñar.

Esta mente única es la realidad como tal y, como nos dice Huan-Po, no tiene principio, ni fin, ni tampoco característica alguna que la pueda delimitar: “sin límites e insondable se la puede comparar con el espacio vacío”. Despertar a esta realidad esencial es a lo que tratan de apuntar todas las enseñanzas del zen y también se nos advierte, no es un objeto que podamos aprehender mediante la reflexión o el pensamiento. Cuanto más busquemos, más nos alejaremos de ello; cuanto más pensemos, más caeremos en las elucubraciones. Tal vez por eso, una de las primeras y más básicas instrucciones que recibimos al iniciar la Vía sea la de: ¡Párate, estate quieto, no hagas nada! Deja de buscar, de dar vueltas y vueltas y simplemente siéntate, permanece sereno y en silencio, viviendo, sin más, la vida que se manifiesta justo ahora, justo aquí.

“Detente. Los árboles frente a ti y los arbustos a tu lado no están perdidos. 

El lugar donde estás se llama Aquí. 

Y debes tratarlo como a un poderoso desconocido, debes pedir permiso para conocerlo y ser conocido. 

El bosque respira. Escucha. Te responde,

he creado este lugar a tu alrededor,

si te vas, puedes regresar diciendo Aquí.

No hay dos árboles iguales para el cuervo.

No hay dos ramas iguales para el gorrión.

Si el valor de un árbol o un arbusto se pierde en ti, 

sin duda estás perdido. Detente. El bosque sabe dónde estás. 

Déjale que te encuentre”.

 

David Russel Wagoner, Travelling Light, Collected and New Poems (1999).

Poema basado en las enseñanzas que los indios de la costa noroeste de EEUU ofrecían a sus hijos sobre cómo actuar si se perdían en el bosque.