19/06/22

PACIFICAR LOS PENSAMIENTOS Y LIBERARSE DE LAS DISCRIMINACIONES

“Así pues, esta Mente Única como tal es el Buda y entre el Buda y los seres vivientes no hay diferencia alguna. Sin embargo, los seres andan siempre buscando en el exterior, apegándose a toda clase de características, pero con esta clase de búsqueda lo único que consiguen es llenarse de oscuridad. Prisioneros de sus propias proyecciones, confunden los conceptos sobre el Buda con el Buda real y la mente que busca con la mente real, vagando así durante innumerables eones de forma completamente inútil. No saben que el Buda aparecería naturalmente ante ellos con solo pacificar los pensamientos y liberarse de las discriminaciones”.

“Enseñanzas sobre la Mente Única del maestro zen Huang-Po”. Miraguano ediciones.

Comentario

Huang-Po parece retratar a la perfección en este fragmento nuestra condición ordinaria. De alguna manera, hemos olvidado que somos seres despiertos, hemos olvidado nuestra budeidad original. Buscamos constantemente en el exterior algo que nos satisfaga, que nos dé la plenitud, que nos haga felices. Y en esta búsqueda sin fin, nos apegamos a toda clase de objetos, al menos durante un tiempo, el suficiente para descubrir que, lejos de quedar satisfechos, se ahonda aún más nuestra desazón. Esta dinámica es, muchas veces, el resumen de la historia de nuestras vidas. Vivimos así en la oscuridad, en la ignorancia, prisioneros –nos dice Huang-Po- de nuestras propias proyecciones, atrapados en las ideas y los conceptos que tomamos como realidad. Como si gran parte de nuestras vidas se diera en el mundo “virtual” creado por nuestros pensamientos y nuestra imaginación. La vía, sin embargo, aparece de nuevo naturalmente ante nosotros cuando cesamos toda búsqueda, cuando dejamos que nuestros pensamientos se pacifiquen y nos liberamos de todo juicio: bueno-malo; mejor-peor; me gusta-no me gusta… Este continuo despojamiento constituye una de las actitudes fundamentales del zazen. Sentados erguidos en el cojín, solo respirando, sin hacer nada, nos vamos desprendiendo de toda proyección, de todo pensamiento, de toda expectativa y de todo deseo. Simplemente ahí, abandonados, entregados, rendidos a la vivencia completa del momento presente.

“Cuando en el silencio toda palabra se olvida 

eso irrumpe en nosotros con nitidez”.

Hongzhi Zhengjue

El Canto de la Iluminación Silenciosa.