HOGEN Y LA PIEDRA
(relato zen)
Hogen, un maestro zen chino, vivía sólo en un pequeño templo en el campo. Un día se presentaron cuatro monjes viajeros y le pidieron si podían hacer una hoguera en el patio para calentarse.
Mientras estaban preparando el fuego, Hogen los oyó discutir sobre la subjetividad y la objetividad. Se acercó a ellos diciendo: -Hay una piedra grande. ¿Creéis que está fuera o dentro de la mente? Uno de los monjes respondió:
-Desde el punto de vista budista todo es una objeción de la mente, por eso diría que la piedra se encuentra dentro de mi mente.
-Tu cabeza debe sentirse muy pesada -observó Hogen-, si vas por ahí con una piedra semejante en tu mente.
Comentario:
La mente como fiel servidora del ego proyecta realidades (no reales) de manera incesante. Si no somos conscientes de esto, llegamos a seguir “a pie juntillas” todo lo que nos dice y en el peor de los casos, nos alejamos de nosotros mismos, de la realidad. La era actual caracterizada por una sobreexposición de estímulos externos, está poniendo de relieve que cada vez más, vivimos realidades, no reales, atrapados por piedras mentales (creadas por quién sabe quién o qué algoritmo) que defendemos como propias. Hoy más que nunca “el mito de la caverna de Platón” se hace realidad. Por ello, surge la urgente necesidad de liberarnos de los teniques mentales para vivir como seres despiertos. Eligiendo saborear la vida con lo que la misma presenta, desde el único lugar real, esto es el cuerpo y sus sentidos. Eso sí, para poder entrar en él previamente habría que soltar los teniques pues, en ocasiones, pesan tanto que no dejan espacio para nada más.
“Tú no eres tus pensamientos”