26/02/24

CONSIDERANDO LAS COSAS DESDE SU UNIDAD, YA NO SE ADVIERTE NINGUNA PÉRDIDA

Chang Ji habla con Confucio acerca del maestro Wang Tai.

_”Wang Tai es cojo –dijo Chang Ji- y pese a ello son muchos los discípulos que lo siguen. De pie, no enseña; sentado, no comenta. Pero quiénes llegan a él vacíos, retornan colmados. ¿Existe verdaderamente la enseñanza sin palabras, y la perfección de la mente al margen de las formas corpóreas? ¿Qué clase de hombre es ése?”

_”Ese maestro es un gran sabio”-le respondió Confucio (…)

_”Ese hombre –dijo Chang Ji- aun siendo un cojo, ha podido superar al maestro; así que debe estar muy por encima de los hombres comunes. Y si esto es así, ¿qué uso particular hace de su mente?

_”La vida y la muerte-le respondió Confucio- son cosas de grandísimo momento, más a él le son indiferentes. Derrumbárase el cielo y hundiérase la tierra, que él nada perdería. De nada ha menester, ni le alteran las mudanzas de las cosas. Gobierna las mutaciones de los seres, y se atiene a su principio.”

_”Eso ¿qué quiere decir?”-preguntó Chang Ji.

_”Si se consideran las cosas desde sus diferencias -le respondió Confucio-, el hígado y la vesícula están tan lejos uno de otro como el estado de Chu del de Yue; mas si desde su semejanza, todas las cosas son una. Quien alcanza a comprender esto no cura de lo que conviene a sus oídos o a su vista, sino que busca que su espíritu se sumerja en la armonía de la Virtud universal. Considerando las cosas desde su unidad, ya no se advierte ninguna pérdida. Por eso para Wang Tai la pérdida de su pie es de tan poca monta como la pérdida de una pella de barro.”

ZHUANG ZI, Libro V. Signos de rebosante virtud. Edit.Kairós

 

COMENTARIO:

La dificultad sólo está en nuestro apego a opiniones, creencias, ideologías, sentimientos y emociones. En ese instante en el que has podido prescindir de todo eso la luz te cegó mientras la plenitud infinita invadía todo tu ser. Pero hiciste una pequeña distinción y un abismo insalvable se abrió ante ti y tu paraíso. Aún así, sigues teniendo la llave para volver a traspasar la puerta sin puerta.