23/06/24

MUY PRONTO LA MUERTE

 

“ Muy pronto la muerte,

sobre las flores silvestres…

cae la lluvia

 

(Taneda Santoka)

 COMENTARIO:

Ante el haiku, el lector ha de aproximarse desde la plena atención y el no pensamiento, pues es en el momento preciso de su lectura, antes de que comiencen a aparecer los habituales juicios de valor que emanan de nuestra mente, cuando es posible apreciar su auténtico espíritu.

En este haiku, en solo tres líneas, reflejo de un INSTANTE vivido por el poeta, Santoka nos conduce a contemplar la fragilidad de toda existencia.

La imagen de la lluvia cayendo sobre las flores silvestres es un reflejo de la certeza de lo efímero de la vida y de la fugacidad de todo cuanto existe. Las flores, símbolos tradicionales de la belleza y de la vitalidad, están destinadas inevitablemente a desaparecer, al igual que la lluvia que las empapa, al igual que todo aquello que nos rodea. La muerte, representada aquí por la lluvia, se entrelaza con la vida de manera inseparable, recordándonos la naturaleza cíclica y cambiante del universo y de nuestra propia existencia.

En el Zen, la aparente dualidad de la vida y la muerte no se considera como una oposición de antagonistas, sino como dos aspectos interdependientes de una totalidad indivisible. La muerte es parte natural del ciclo de la vida, y la contemplación de su inevitabilidad puede llevar a una apreciación más profunda de cada momento que vivimos.

La lectura de este pequeño poema nos lleva a reflexionar sobre la IMPERMANENCIA de todas las cosas, elemento esencial en toda vía espiritual, y el desprendimiento, pues nada que sintamos como “nuestro” lo podremos conservar para siempre. Santoka logra encontrar, aunque sea en un instante pasajero, el equilibrio perfecto en medio de la turbulenta realidad de la vida y la muerte. Nos recuerda la importancia de vivir plenamente en el presente y de apreciar la belleza efímera que nos rodea, sabiendo que, al igual que las flores silvestres bajo la lluvia, cada momento es precioso y ÚNICO.