SANGHA COMO APOYO Y ESPEJO
La Sangha como apoyo
“No siempre es fácil permanecer en el camino espiritual. Estamos constantemente distraídos por personas y circunstancias que ponen a prueba nuestra paciencia, nos presionan o, al menos, nos mantienen demasiado ocupados para meditar. Rodearnos de otras personas con ideas afines hace que sea más probable que sigamos nuestra práctica. En una sangha donde todos practican la visión correcta, también nos resulta más fácil recordar esto.
Pero la sangha no es sólo un medio para recibir apoyo, sino que también nos ofrece la oportunidad de prestar apoyo a otros. Refugiarse en la sangha no es simplemente un acto pasivo de devoción, sino una práctica activa y esencial. Aprender y crecer en comunidad es un recordatorio de que, si bien el camino budista ofrece libertad individual, no se trata solo de nosotros.
La meditación a menudo se considera una actividad individual. Pero nuestra práctica no está completa si los beneficios terminan en nosotros. Como miembros de una sangha, somos responsables no sólo de nuestro crecimiento personal, sino también de contribuir a un entorno positivo que fomente el crecimiento y el bienestar de los demás. Esta comunión espiritual sirve como antídoto contra el individualismo y el enfoque egocéntrico que está en la raíz de todo nuestro sufrimiento. Ésta es una de las razones por las que a menudo se dice que, sin el apoyo del colectivo, un practicante no llegará muy lejos.
La Sangha como espejo
En una sangha budista saludable, la energía general es atenta y consciente, solidaria y segura, compasiva y sabia. No hay exigencia de perfección, sino una expectativa amorosa de crecimiento.
Cuando vemos la imperfección en nuestros compañeros miembros de la sangha, podemos optar por verla como un regalo. Las injusticias o transgresiones no deben ignorarse, sino enfrentarse, tratarse con compasión y luego dejarse de lado, tal como lo haríamos con esas mismas faltas si las observáramos en nosotros mismos. De hecho, la sangha sirve como un espejo a través del cual podemos reconocer mejor nuestras faltas. Abstenerse de las diez acciones no-virtuosas (1) estando solo es una cosa, pero ¿cómo actuamos en compañía de familiares o amigos?
Por encima de todo, la sangha nos ayuda a convencernos de que abramos nuestros corazones. Cuanto más grande sea nuestro corazón, más fácil será darnos gracia a nosotros mismos y a los demás. La sangha es un patio de recreo en el que podemos practicar cómo ver a todos los seres como maestros potenciales, tal como son. La sangha es un terreno para la transformación.”
(Sara-May Conway )
(1) (Matar, robar, práctica sexual inadecuada, mentir, hablar divisoriamente, hablar con dureza, hablar sin utilidad, avaricia, malicia y sostener puntos de vista erróneos).
COMENTARIO:
La definición de sangha, una palabra sánscrita, podría describirse como compañerismo, comunidad, empresa o colección. Es la asamblea de quienes siguen el camino budista. En algunas tradiciones, Sangha se refiere únicamente a monjes y monjas ordenados. Hay un significado diferente cuando usamos el término Noble Sangha: se refiere a seres realizados, arhats o bodhisattvas que han superado las causas del sufrimiento, pero que aún no son budas plenamente realizados. Esto es importante, ya que cuando nos refugiamos en las tres joyas, lo hacemos con el Buda, el Dharma y la Noble Sangha. Estos tres nos ayudan romper la ignorancia. Pero ahora nos referiremos a la sangha “pequeña” de una comunidad de practicantes, no a la noble sangha “grande” de gente realizada.
El término también puede abarcar a todos aquellos que se han refugiado en las tres joyas, o a cualquiera que tenga interés en volverse hacia adentro en busca de una solución duradera a su sufrimiento. El maestro budista Thich Nhat Hanh dice que incluso podríamos considerar nuestro cojín de meditación o la belleza de la naturaleza como miembros de nuestra sangha, ya que sangha es cualquier cosa que nos ofrezca apoyo en el camino budista.
Aunque la Sangha pueda ser un lugar que nos permita relajarnos, respirar y tomar aire, disfrutar del silencio, crear espacio, y todas las aportaciones de bienestar que podamos pensar -y que son muy positivas- nunca debemos olvidar que para el practicante comprometido es esencialmente el lugar en el que avanzar decididamente hacia la solución duradera del sufrimiento. En palabras de Koun Yamada, nuestro querido abuelo en el Dharma:
«Cuando nosotros, que nos consideramos seres imperfectos, limitados y relativos, despertamos a nuestro Verdadero Ser en la experiencia de ver nuestra propia naturaleza y aceptamos esta realidad claramente, más allá de cualquier duda, nuestra ansiedad y sufrimiento se desvanecen como nubes. La alegría de este momento está más allá de toda descripción. Al mismo tiempo, debemos comprender un punto esencial: nunca podremos realizar nuestro Verdadero Ser simplemente comprendiendo una explicación intelectual del principio detrás de él. Debemos encontrar ese Verdadero Ser en la experiencia real hasta el punto en que podemos encarnarlo como verdad. De lo contrario, nunca tendrá el poder de llevarnos a un estado de verdadera paz».