Acerca del zen
ACERCA DEL ZEN
Hay una Realidad que precede cielo y tierra.
No tiene forma, mucho menos nombre.
Para los ojos es invisible.
Carece de voz, para los oídos inaudible.
Denominarla mente o Buda no se compadece con su naturaleza,
pues entonces sería como la fantasía de una flor en el aire.
No es ni Buda ni mente,
en absoluta paz ilumina de la manera más maravillosa.
Sólo es perceptible para los ojos puros.
Es el Dharma, realmente más allá de forma y sonido.
Es el Tao y las palabras no tienen nada que ver con El.
Con la intención de atraer a ciegos,
Buda dejó escapar de su boca dorada palabras juguetonas,
desde entonces cielo y tierra están cubiertos con espesos arbustos.
Oh, mis queridos y excelsos amigos, aquí reunidos,
si anheláis escuchar la voz de trueno del Dharma,
dejad que se agoten vuestras palabras y vaciad vuestros pensamientos,
entonces podréis llegar a caer en la cuenta del ser Uno.
Hui el Hermano dice: «El Dharma del Buda
no debe abandonarse a los simples sentimientos humanos».
Daio-Kokushi (1235–1308).
COMENTARIO
El texto meditativo de hoy es un poema de Daio-Kokushi (1235–1308), maestro zen japonés de la línea Rinzai (Lin-Chi). En él nos habla poéticamente acerca de eso que no tiene nombre y que solo es perceptible para los ojos puros. A menudo, los maestros hacían uso de los versos para transmitirnos sus enseñanzas, con la conciencia de que las palabras solo son como dedos que apuntan a la luna. Así que lee esas palabras con una mente abierta y un corazón receptivo, dejándolas resonar en tu interior y abriéndote a todo lo que hagan surgir en ti.