13/03/17

Enseñanza nº 8 del Maestro Lin-Chi

Enseñanza nº 8 del Maestro Lin-Chi

 

El Maestro subió al estrado y dijo:

«Alguien está siempre en Camino, pero nunca ha abandonado su hogar.

Alguien abandona su hogar, pero no está en Camino.
¿Cuál merece recibir las limosnas de los seres humanos y los

seres celestiales?»

Tras ello descendió del estrado.

 

(Texto extraído de “Las Enseñanzas Zen del Maestro Lin-Chi”. Editorial Los Libros de la Liebre de Marzo. Publicado con permiso del editor). 

 

(Comentario de Carmen Duarte, Maestra Zen Asistente de la línea Nube Vacía).

El maestro habló de alguien que nunca había abandonado el hogar pero que estaba siempre en el Camino. ¿Quién era esa persona?

También habló de alguien que había dejado el hogar pero que no estaba en el Camino.

Un monje o una monja dejan su hogar y su familia, y renuncian a todos los apegos y ataduras anteriores.

Por lo que se refiere a la forma está en el camino, pero referente al contenido, tal vez no haya llegado a dejar el hogar.

Aunque lleve el hábito de monje y la cabeza afeitada tal vez no haya abandonado los apegos a las cosas materiales y emocionales.

Una persona laica que ha dejado el hogar se ha convertido en esencia en un monje, eso significa que su mente está en calma, que está desprendida de todo.

¿Cuál es merecedora de recibir ofrendas?

Es suficiente que nos miremos a nosotros mismos y nos preguntemos si hemos dejado el hogar. El hogar de la pasión, los deseos, el odio, la ignorancia etc…

Solemos pensar: «Tengo que hacer algo». Si luchamos, nos quedamos atascados. Cuanto más hacemos, más nos hundimos en el fango. Según Buda, toda situación tiene una salida.

No hacer nada, simplemente sentarse. Ser dueños de nosotros mismos. Antes de poder actuar dejar que esas brasas sobre las que estamos sentados se enfríen. El éxito no es triunfar sobre la persona que nos hace sufrir, sino sobre nuestra propia ignorancia y nuestro propio resentimiento.

El Camino no es un sueño. No es un deseo. El Camino es práctica concreta.

No necesitamos ir a ningún sitio. La solución no se halla en otro lugar. Si no lo logramos en este momento, no lo lograremos mañana.