07/05/21

Permanecer imperturbablemente sentados…

imperturbablemente sentados

¿Acaso se trata de permanecer imperturbablemente sentados?

 

Dedicamos este mes a Hui Neng, una figura relevante en la historia del zen, reconocido por muchos especialistas como el Maestro que le imprime algunas de las principales características con las que esta práctica es reconocida en la actualidad. Es por tanto, para nosotros y nosotras como practicantes, un indudable referente, cuya importancia le hizo ser reconocido como el Sexto Patriarca del zen.

Las palabras que dedica a la asamblea tienen la consideración de sutra, término habitualmente reservado a las palabras del propio Buda, lo que ilustra la importancia de su mensaje, recogido en el llamado Sutra del Estrado, de donde extraemos los textos de este mes. 

El de hoy es el siguiente:

“La unión de la meditación interna con su objeto sólo se consigue mediante el pensamiento directo constante, esté uno caminando o parado, sentado o acostado (…).

Sólo podemos hablar de la unión de la meditación con su objeto cuando practicamos el pensamiento directo con total desapego de todos los dharmas.

Las gentes confundidas se aferran a la apariencia del dharma y sostienen que la unión de la meditación con su objeto consiste en permanecer imperturbablemente sentados para desprenderse de lo falso sin despertar los corazones.

 

Hui Neng

 

Apertura y acción en el preciso instante en que se encuentra: caminando o parado, escuchando o leyendo.

 

COMENTARIO

Estas palabras de Hui Neng resultan de interés por la radicalidad de su advertencia contra todo apego en nuestra práctica.

De este modo, cualquier atisbo de consecución es sólo una nueva ilusión, nacida del apego del practicante a una convicción previa, que permanece fijada en su pensamiento como ideal.

El practicante, por tanto, es llamado a abandonar cualquier diferenciación nacida de las concepciones a las que está apegado.

 

La propia vía, el propio zen, deben ser sometidos por tanto a este desapego por parte del practicante, para que no quede fijado a lo que consideró sabio o correcto.

El Sexto Patriarca nos sugiere que el Dharma es abandonar el dharma, lo que recuerda a palabras de otros maestros como Lin Chi cuando indica que “Si encuentras al Buda ¡mátalo!” o cuando el Maestro Eckhart exclama “¡Dios mío, libérame de Dios”.

Las palabras de Hui Neng son una llamada al desapego y a la apertura del practicante, en la precisa acción y en el preciso instante en el que se encuentra,  esté caminando o parado, sentado o acostado, escuchando o leyendo.