03/07/21

Deja que el amor mueva tus acciones

DEJA QUE EL AMOR MUEVA TUS ACCIONES

“En el Metta Sutta, el Buda recomienda la práctica de metta. En una versión popular el practicante irradia metta (el deseo de «que todos los seres estén seguros y sean felices») en todas las direcciones (…) porque purifica nuestras motivaciones y por tanto nuestra manera de relacionarnos con las otras personas” (…)   

El objetivo básico del zen no sería buscar nuestra iluminación en beneficio propio, sino busca nuestra iluminación como una forma de ayudar a los demás, pues los demás no son algo separado de nosotros” (…)

“Hay que intentar que sea nuestro amor y compasión lo que nos mueva en cada acción. El amor es un modo de vivir en el mundo, es la encarnación de la sabiduría.”

“Deja que el amor mueva tus acciones”          

                                                                David Loy

Fragmento del libro “Ecodharma. Enseñanzas budistas para la crisis ecológica”. Ediciones La llave.

Descubrir el reino celestial bajo tus pies.

 

COMENTARIO

Que así actuemos … “porque es hermoso y bueno cultivarlo” dice el Metta Sutta. Desde el respeto por este Planeta Tierra que no nos pertenece y es nuestra madre. Somos uno con la Naturaleza y a la vez, una de sus múltiples formas de expresarse a sí misma.

Hemos de llevar a cabo acciones sociales y ecológicas comprometidas desde el amor, la compasión y la benevolencia, sin apego a los resultados finales.

Dice Kodo Sawaki

“Creemos que vivimos por nuestras propias fuerzas,

  pero en realidad es la gran naturaleza la que nos mantiene con vida” (…)

La práctica significa hacer del lugar donde te encuentras el paraíso,

 descubrir el reino celestial bajo tus pies.”                 

 

Recitamos:

METTA SUTTA

“¡Que todos los seres sean felices!

que vivan en júbilo, la seguridad y la salud.

 Toda cosa viviente, débil o fuerte,

larga, grande o mediana,

corta o pequeña, visible o invisible,

cercana o lejana, nacida o por nacer,

¡que todos sean felices!

 Que nadie decepcione a otro,

ni se desprecie a ningún ser por diminuto que sea.

 Que nadie por ira u odio

o por ignorancia desee mal a otro,

al igual que una madre a riesgo de su propia vida

vigila y protege a su único hijo,

así con una mente sin límites

hemos de querer a toda cosa viviente.

 Ama a todo ser con ternura.

Ama al mundo en su totalidad

por encima, por debajo y alrededor

sin limitaciones con una bondad condescendiente e infinita:

De pie o andando, sentado o acostado,

trabajando o en reposo,

una vez hayamos despertado este voto,

este deseo, es hermoso y bueno cultivarlo.

Ésta se considera la forma suprema de vivir.”