24/01/23

AL FIN FUERA DEL INFIERNO

De esa experiencia llegó a decir: 

“Fue la experiencia más humillante, intensa, aterradora, transformadora de mi vida… 

Descubrí que, en medio de la oscuridad, siempre hay una luz inextinguible, una Presencia inquebrantable que nos ama y nos dice Sí tal como somos, incluyendo todas nuestras imperfecciones, defectos, dudas y fracasos percibidos…”

 En un comunicado en su blog comenta:  

“A veces lo único que puedes hacer, es mantenerte con vida”. 

En los últimos doce meses he luchado con la enfermedad que casi me mata. 

Quizás me mató, o más bien, “mató” al que solía ser. Ya no soy la misma persona. Sin embargo, me siento más yo mismo que nunca. 

Una experiencia total de los reinos del infierno me ha cambiado irrevocablemente. 

He ido a los lugares más profundos y oscuros de mí mismo, he viajado a regiones de la psique que parecían verdaderamente insoportables, he conocido las partes ocultas que anhelaba la bendición sagrada de la conciencia. 

Me he enfrentado a mi propia muerte física, emocional, psicológica y espiritual. Nada pudo ayudarme. Sin técnica, sin iluminación, sin proceso espiritual, sin terapia, sin investigación, sin cura…

La enfermedad de Lyme neurológica es brutal. Mi corazón está con todos mis hermanos y hermanas que sufren con esta enfermedad tan incomprendida…

He sobrevivido a estados de puro pavor, pánico insoportable, pérdida del sentido del tiempo, el espacio, el suelo y la fuerza vital. Sin ninguna garantía que el infierno insoportable terminaría alguna vez…

Me enfrenté a espantosos impulsos suicidas que me conmocionaron y envolvieron, impulsos que casi me destruyeron, me abrieron a la vida, luego me arrancaron el corazón y lo replantaron, con nuevas raíces forjadas en tierras nuevas. 

Me he abierto a un nivel más profundo de compasión por mí mismo, por toda la humanidad, por todos los que buscan y sufren y anhelan una salida, por todos los niños de este cosmos terrible y maravilloso…» 

COMENTARIO:

 “No estaba preparado para esto»

 He sido testigo de la violencia impactante -sí, VIOLENCIA- de la omisión espiritual, el terrible dolor de ser descreído, ridiculizado y humillado, con la alegría y el alivio de ser escuchado, creído, visto sostenido, amado…

He estado al borde, sobre el borde, sabía que nunca regresaría, pero regresé. He dejado este mundo y he vuelto ahora para hacerte saber que puedes sobrevivir a CUALQUIER COSA, incluso a tu propia muerte. Morí para experimentar más la vida, salté al vacío sin vacío para abrirme a una mayor intrepidez a una alegría y un amor más profundo por mí mismo, fui destruido y resucitado, ridiculizado y celebrado, arruinado y renacido… 

Hablaré la verdad ahora y siempre,  me rendiré para siempre a la voluntad de la vida. Lucharé por la humanidad y la humildad, con humor, con mi último aliento. 

Contaré por una espiritualidad que se inclina por nuestros errores, que empapa nuestros anhelos con empatía, que entiende que TODOS somos humanos, frágiles mortales, magníficamente imperfectos tanto como somos “Divina Conciencia Pura que Nunca Sufre», estudiantes como maestros, dolorosamente quebrados tanto como gozosamente inquebrantables… 

No toleraré más la vergüenza de nuestra vulnerabilidad… 

Tomaré este infierno por el que he pasado, lo transmutaré en oro y lo ofreceré al mundo”.