10/04/22

ESTAR TAN SOLO SENTADOS, YENDO MÁS ALLÁ DE LO BUENO Y LO MALO

El mundo en el que vivo no es algo que exista de manera independiente de mis propias ideas y de mis pensamientos, mas bien aparece como algo que forma un todo único con ellas. Por lo cual, según mis ideas y mis pensamientos, el mundo que aparece se me muestra de manera completamente diferente. Sin embargo, mis pensamientos e ideas son, en definitiva, mi estado de ánimo, y mi estado de ánimo es, al mismo tiempo, mi estado fisiológico. Por ello, cuando existe algo que no funciona en mi físico, mi mente no está serena, y cuando mi mente no está serena, el ojo con el que veo mi vida se ofusca; en ese punto, para mí, es el mundo mismo el que tiene una apariencia sombría. Al contrario, cuando estoy en forma, la mente está radiante y entonces mi vida, el mundo me parecen luminosos (…)

Aquello que es de verdad importante, en cualquier caso, es la forma concreta, la postura del esfuerzo hacia el estar despiertos, y no el hecho de que no se forme, de que no se presente ningún pensamiento. Es importante, en vez de eso, observar con ojos tranquilos esta relación de causas y efectos y, sin dejarse arrastrar completamente, permanecer sentados inmóviles: esto es shikantaza (solo estar sentados). Días serenos, días nublados, días de lluvia, días de tempestad; en la vida humana existen innumerables circunstancias, un número incalculable de olas. Estas no dependen de mi poder, son olas originadas por la fuerza de la naturaleza; es imposible, oponiéndole resistencia, cambiar a la fuerza un día nublado en un día sereno. Un día nublado es nublado, en un día de lluvia llueve, un día sereno es sereno. Es obvio y natural que, en cada ocasión, cualquier situación tenga sus condiciones fisiológicas y psicológica propias, el desarrollo de pensamientos que le corresponda; precisamente este conjunto es la realidad de la vida misma, es la forma de la vida. Sin embargo, precisamente mientras las cosas son así, no hay que dejarse arrastrar por todo eso, sino verlo como el escenario de la vida más allá del cual seguir adelante.

El maestro Uchiyama,  para explicar el zazen, llama Línea ZZ´ a la línea recta que imaginariamente pudiera dibujarse desde que el practicante escucha con atención los toques de gong que señalan el inicio y el final del zazen, y añade lo siguiente:

Nosotros hacemos zazen tendiendo a la línea ZZ’. Sin embargo no es posible inmovilizarse en esta línea, tendemos mas bien a alejarnos de ella. Tan solo se trata de, alejándose, despertarse a ZZ’, y de nuevo, alejándose, despertarse a ZZ’. (…).

No es verdad que, cuando no nace ningún pensamiento en absoluto, este sea el buen satori, ni que cuando bullen aquellos pensamientos que estamos tentados de seguir, esto sea la mala ignorancia. Como quiera que sea, el estar tan solo sentados, yendo más allá de bueno y malo, de satori e ilusión, es por sí mismo el zazen que “va más allá de lo ordinario y más allá de lo santo, y trasciende satori e ilusión”.

Kōshō Uchiyama, fragmento de «La realidad de la vida».Pdf

 

Comentario

Una y otra vez el zen llama a una mirada no distorsionada por nuestra estructura egoica. Como sabemos, nuestras experiencias pasadas, la educación recibida, y un largo etcétera han influido en nuestra manera de pensar, de sentir, de ser. Y al mismo tiempo, es como si nuestra manera de pensar, de sentir y de ser creara una realidad para cada individuo, afirmando Uchiyama en el texto que “según mis ideas y mis pensamientos, el mundo que aparece se me muestra de manera completamente diferente”.

El mensaje de tener una mirada no distorsionada de la realidad es también la llamada de los Maestros zen a “Ver la realidad tal cual es”, sugiriéndose, con la misma frase, la invitación a contemplar, sin mas, la realidad que acontece en cada instante. Permanecer en la realidad. Justo ahora. Ahora otra vez, sin importar el instante que pasó, sin interesarme por el que vendrá. Justo ahora. Receptivos en este instante. Justo ahora. Este es el shikantaza y esta es nuestra postura, en nuestra postura de zazen.

De este modo se contempla el calor los días soleados o se ven caer las hojas en otoño.

Por eso, con la espalda recta, las manos en gasho y sobre su zafu, el practicante esta abierto a contemplar, sin intervenir, lo que sucede entre los toques de gong que señalan el inicio y el final de su zazen. En ese tiempo, que Uchiyama llama línea ZZ´ quien permanece sentado puede seguir generando actividad mental y emocional en forma de pensamientos, sensaciones, sentimientos, etc… Y el ejercicio seguirá siendo, otra vez, permanecer en la realidad. Justo ahora. Justo ahora. Con lo que justo ahora hay en la realidad que acontece para cada practicante.

Así, dicen los Maestros, se llega al no lugar, donde ya no hay contemplación, donde ya no hay practicante, donde no hay bueno y malo, donde no hay ni ilusión ni satori, ni nada a lo que poder llamar nada.