VIVIR LA REALIDAD DE LA VIDA SIN MEDIACIONES, ES VIVIR EL SÍ MISMO
Si con zazen modificamos nuestra forma de ver y nos habituamos a vivir la realidad de la vida sin mediaciones, resulta claro que no existe para nadie ninguna otra condición que no sea el estar viviendo el sí mismo que es tan solo sí mismo, cualesquiera que sean las condiciones en que se encuentre. Es lo que en el Tenzo Kyōkunse denomina Gran corazón Mente magnánima (la mente que no permanece prisionera de la forma de pensar del pequeño yo, que no clasifica en base a los pensamientos, que no elige adaptando la realidad a los pensamientos): resulta claro entonces, que toda la realidad que se encuentra ante mí, todas las cosas, todas las personas, todo el mundo se muestra y se manifiesta como contenido del sí mismo, como escenario de vida, como circunstancia del presente. Esto es exactamente lo mismo que sucede con el ir y venir de los pensamientos en el ámbito de zazen. (…)
El pasado ya ha transcurrido y no existe, el futuro no ha llegado todavía y no existe. Existe tan solo el instante presente, tanto el pasado como el futuro no son otra cosa que el contenido, la escena, la suposición del pensamiento que se forma en el instante presente. ¿Quizá no es un hecho que existen antiguas construcciones y viejos libros? Sin embargo, en términos de la realidad de la experiencia de la vida, las construcciones, los libros, existen solo en el presente, y el hecho de que yo piense que son viejos no es otra cosa que mi pensamiento de ahora, del presente. Es decir, mi mente presente atribuye la cualidad de viejo a los monumentos, a las construcciones que existen ahora, en el presente.
Entonces, en este sentido, por lo que tiene que ver con la experiencia de la vida esencial, como es en sí misma, estoy viviendo siempre y completamente tan solo ahora que es solo ahora, el presente que es solo el presente. ¿Entonces, en definitiva, qué quiere decir ser una persona que vive y pone en acción el sí mismo que es uno con todo? Ahora ya debería de estar claro. Significa que en cualquier lugar, en cualquier circunstancia, vive y actúa el sí mismo que es solo sí mismo, el ahora que es solo ahora.
Cualquiera que sea la situación, todo aquello que encuentro ahora, vive y actúa como mi vida. En base a una actitud así, a un comportamiento vital como este, no hay ningún otro, no existe pasado o futuro ante los propios ojos, los ojos del sí mismo, sino que solo existe el vivir la realidad de la vida tal como se muestra, sin mediaciones.
Kōshō Uchiyama, fragmento de “La Realidad de la Vida”. Pdf. Posición 1386 de 2093
COMENTARIO:
Terminamos esta serie de textos de Uchiyama con este fragmento en el que vuelve a sugerirnos mantener en la cotidianidad la misma actitud con la que, durante nuestro zazen, asistimos al acontecer de la vida.
En zazen se contempla lo que sucede sin la mirada rígida que limita la realidad con conceptos, se asiste a la experiencia directa de la realidad, sin limitarla con palabras. Y de este modo, sin acotar ni fragmentar la realidad con juicios impulsivos que desean atrapar o rechazar lo que sucede, el practicante se mantiene abierto ante lo que acontece, hasta que es el propio practicante quien parece desaparecer en la práctica, y solo queda el despliegue de la vida misma, sin una mirada egoica que medie entre la existencia y quien es parte de ella.
Pero a la realidad no le importa nuestro zazen; practiquemos o no, continuará su despliegue, en cada instante. Y en cada instante, seguiremos teniendo la oportunidad de constatar que somos parte del despliegue de la vida en este momento.