26/01/25
LA ENFERMEDAD DEL VACÍO
Si eres incapaz de hacer surgir la duda al practicar zen, tal vez acabes por ver los mundos físico y mental como completamente vacíos, sin nada a lo que aferrarse y nada a lo que asirse. Incapaz de discernir tu propio cuerpo y mente o el mundo que te rodea, negando lo interno y lo externo, conviertes todo en un único vacío. Entonces crees que este vaciamiento es zen, y que el que lo ha vaciado todo es un buda. Imaginas que las cuatro posturas consistentes en moverse, pararse, sentarse y reclinarse son realizadas dentro del vacío. Esto también no es más que tu mente vacilante; no es zen.
Fragmento del libro: Boshan: La Gran duda. La práctica Zen en el mundo (con comentarios de Jeff Shore). Editorial Herder